Hubo una época reciente en que la fama de hinchada complicada, inconforme, exigente, cansona y otros adjetivos la tenían los hinchas de occidental del Deportivo Cali. Incluso hablaban del caso de varios jugadores que lo pensaban dos veces antes de ir al cuadro azucarero con tal de no soportar eso. La cosa era así: desde el primer partido del torneo, al minuto 5, si el equipo cometía un error o no iba ganando, la andanada de insultos y de gritos era del tamaño de los decibeles que genera un concierto de Motorhead. Nada les daba gusto. Podía ser Maradona, Pelé o el mismo Messi pero si el equipo no empezaba arrasando, la factura les llegaba. Aún es la tribuna de los socios de más dinero del verde del Valle y, a pesar de que siguen dando de qué hablar, hoy el título de más cansones, para mí, se lo ha quitado otra generación: la de los “nuevos” hinchas de mi equipo, Atlético Nacional.
El hincha paga por ver a su equipo, de acuerdo, el hincha va y desahoga muchas cosas en el estadio, de acuerdo, el hincha tiene derecho a exigir, de acuerdo, el hincha es la representación de la alegría y la tristeza, de acuerdo, el estadio es el escenario ideal para que confluyan esas cosas, de acuerdo ¿Qué sería del fútbol sin esto? Nada.
De acuerdo, estamos de acuerdo. Incluso yo a veces me convierto en una sarta de insultos cuando me desespero en la tribuna (más aún cuando me tocó padecer a Edwin Cardona y Jonathan Álvarez). De igual forma no hablo acá de las barras bravas, esto no tiene que ver con eso, en esos terrenos que entre la semiótica y la sociología, que bastante han analizado el tema.
El “nuevo” hincha de Atlético Nacional, al que me refiero, es aquel que se ubica en las redes sociales, es aquel que se ha ubicado en el pedestal de la inconformidad, de la falta de argumento, de la especulación, de la ignorancia, del vocabulario pobre y la riqueza del insulto (por lo regular insultos de origen argentino ¡patético!) es aquel que desconoce todo, que se levanta cada mañana, prende su computador y activa sus neuronas (pocas) para pensar: qué va a destruir, qué no le va a gustar, a quién le va a decir “muerto”, en fin… La lista es larga.
Lo curioso es que lo anterior es común, incluso es válido y no solo lo vive (¿padece?) la vereda verdolaga. Esto lo viven hoy todos los equipos del mundo. Incluso, repito, yo he caído en esas redes. Mi argumento se centra en tres palabras: Paciencia, tolerancia e ignorancia.
En Twitter específicamente se vive una falta de tolerancia total. Por cualquier cosa insultan. Diego Álvarez, para mí un profesional a carta cabal, bota un penal y de inmediato es tildado de mercenario, traidor, hasta ladrón he leído que le dicen. Armani, un muchacho trabajador con sentido de pertenencia, un patrimonio del club, no tapa un penal y de inmediato es el “hazmerreír”, no sirve para nada, hay que sacarlo del club. Ejemplos muchos y repito, yo he caído en lo mismo.
Luego se desprende la paciencia. En noviembre del año pasado ya se vociferaba por pedir los refuerzos. Todos los equipos del continente en competencia y ya se pedía que anunciaran las nuevas caras del equipo. En diciembre, la ansiedad y el desespero (entendibles) llevaron a que la campaña fuera más dura. Insultos a directivos, cuentas chistosas (debo reconocerlo) que hablaban del “humo verdolaga” y del debate. Un debate que llegó a esto: ¿Messi? ¿Cristiano Ronaldo? ¿Neymar? ¿Rooney? ¿ET, el extraterrestre? ¿Linterna Verde a Nacional? No, ninguno de los anteriores llenaba el gusto. Además porque esta nueva generación no solo es hincha de Nacional, también son de Boca, River, Barcelona o Real Madrid y mezclan todo con todo. Es decir: un nudo gordiano.
Entramos al punto de la ignorancia. Minuto 10 del primer tiempo del partido de PRETEMPORADA contra la Liga Universitaria de Quito y ya uno leía: “Veo el equipo lento.” “Fano es un muerto.” “La defensa sigue siendo un colador por arriba”. Luego perdimos 3 por 1 y leí cosas como estas: “No tenemos nada” “Equipo de mierda que armaron” “Ladrones, perros hp´s a robar a otro lado” “Luis Fernando Mosquera, ladrón hp, vete al DIMinuto” “Nacional no puede perder 3-1 con el equipazo que armó.”
Yo no soy un vademécum de nada. Pero me preocupa ver que hay gente que no entiende lo que es una pretemporada. Me preocupa ver gente que no sabe por ejemplo que el equipo completo (con todos los refuerzos e incluyo a Tula) no tuvo, antes del partido con Liga, una sola sesión de entrenamiento, que hace 10 días Macnelly Torres estaba en México en una rueda de prensa, que toda la defensa es nueva. Eso por ese lado. No voy a hablar de los kilates del rival, su proceso y el lugar donde se jugó…
La pretemporada es el espacio para poner a punto física, técnica y tácticamente a un equipo de fútbol. En nuestro país hasta hace pocos años muchos se limitaban a trabajar lo físico y los balones permanecían en las tulas. Hoy es distinto, existen muchos métodos de entrenamiento, uno de ellos el “Método Integral”, donde la idea es trabajar lo físico, lo técnico, lo táctico e incluso lo psicológico con ejercicios específicos que aglutinen todo y se aprovechen de la mejor manera las cargas de trabajo.
Para el jugador de fútbol la pretemporada es el “terror”, pero como me lo decía en una ocasión el maestro Alexis García: “La pretemporada es lo más duro de la vida del futbolista pero es el respaldo para aguantar la temporada. Una mala pretemporada arroja un flojo rendimiento, el jugador no tiene las reservas. La pretemporada es la que sostiene el nivel durante la competencia”.
En la pretemporada se miran errores que se deben solucionar. La pretemporada es el escenario para conocerse, para hacer estructura. Un equipo no lo construye el contratar y reunir estrellas. Maturana decía que prefería un equipo de amigos a un equipo de 10 “calidosos” que se acababan de conocer. Era más difícil vencer a los amigos.
Nacional juega zona al balón, a veces con marca al hombre de acuerdo a la situación. Toda la defensa es nueva y acomodar el esquema es de repetición y repetición de cada movimiento, de aceitar la distancia entre esa zona y la de los volantes, de agrandar y achicar miles de veces…Eso no se logra en un parpadeo.
Así que termino pidiendo paciencia, tolerancia y combatir la ignorancia. Humildemente les doy un consejo: A Nacional hay que juzgarlo en competencia y no en pretemporada. Recuerden cuando “Barrabas” Gómez dirigió por última vez a Nacional: ganó todos los partidos de pretemporada, fue una tromba y en el primer partido del torneo Santa Fe nos clavó un 5 a 0.
Hay refuerzos sí, hay nómina para pelear, sí, ya hay equipo, no. Mientras que usted lee este post lo están estructurando, construyendo, el tiempo apremia y ahí estaremos en la tribuna alentando.
Cortesía @poterios para @ZorroDeportes
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