lunes, 12 de agosto de 2013

No podemos seguir defendiendo lo indefendible

Foto: El Espectador

Ayer, domingo 11 de Agosto del año 2013, la esperanza azul estaba latente, expectante y dispuesta,  esperando a ver un partido en el cual Millonarios F.C. saliera con el orgullo del embajador, la garra que nos llevó al título ese inolvidable 16 de Diciembre del año 2012 o la grandeza y el peso que significa jugar en el equipo más veces campeón de Colombia.


Lastimosamente, ni lo uno ni lo otro: Millonarios juega como equipo chico. El Polideportivo Sur se prestaba como un escenario para alejar todos los fantasmas, el mal juego, la falta de carácter, identidad, alma y definición que le hacen falta a este equipo desde el inicio del torneo, pero todo se convirtió en otro traspié para seguir en la parte baja de la tabla.

Millonarios empezó el partido presionando, buscando tener la posesión del balón lo cual es la consigna del juego azul, marcando y presionando para no dejar pensar ni actuar a un genio llamado Néider Morantes, buscando tener solidez defensiva con la vuelta de Román Torres y teniendo un poco más de marca en la mitad de la cancha con la inclusión de Elkin Blanco en lugar de Rafael Robayo. Todo aceptable, excepto la pareja de delanteros conformada por Wason Rentería y Erick Moreno; no se entienden, no se ayudan, no son claros, no definen, y sobre todo: no hacen goles.

El primer gol de Envigado llega al minuto 26 por una desconcentración del medio campo y la defensa (tras la constante salida de Luis Mosquera sin peligro para Envigado), en donde Néider busca a Diego Álvarez, para que este tras una larga carrera, centrara el balón buscando un compañero que llegase a rematar, encontrando a Fabio Burbano, el cual con una tijera no muy potente, puso el primero para el equipo naranja. El primer tiempo terminó fácil para Envigado, teniendo el balón y exponiendo el pésimo juego del embajador.

Tras el descanso, vimos tres modificaciones: Ingresaron Dayro Moreno, David Ramírez, y Mario González en diferentes momentos de la segunda mitad. Como se dice vulgarmente: Toda la carne en el asador. Millonarios tuvo mucha más profundidad, mas salida por los costados, mas participación de Mayer Candelo y buen toque por parte del medio campo, aunque, de nuevo, muchas ocasiones fallidas: Wason Rentería solo frente al portero, Harrison Otálvaro errático e irregular; hasta que Dayro Moreno con su velocidad y chispa consiguió un tiro libre muy cerca del área que finalmente sería ejecutado por Mayer Candelo, quien con gran clase puso el empate para el cuadro azul, reviviendo las esperanzas y sacando a flote el ego y el amor que siente cada hincha por Millonarios. El equipo se fue encima del cuadro naranja, presionándolo y metiéndose en su área constantemente con llegadas de Dayro por la banda, sin suerte, encontrando a un delantero sin ganas ni hambre de gol, displicente, sin alma ni corazón llamado Wason Rentería, quien tras tener el 2-1 en sus pies tras la ocasión de gol más clara en muchos meses de la delantera embajadora, no la embocó por la simple razón de no querer hacerlo. No es la primera vez que pasa. Sin embargo, tras errar estas oportunidades, un disparo de Juan Carlos Quintero toca el brazo de Mario González. Penal claro y muy bien ejecutado por Matheus Uribe. El partido termina y, al igual que con Equidad en la primera fecha, el gol al último minuto deja al cuadro embajador con muy poco, o sin nada, tal como pasó con Envigado.

No soy de esas personas que escribe con rabia o parcialidad, pero si con el amor tan grande que siento por el equipo más veces campeón de Colombia.  Hoy no voy a pedir la cabeza de Hernán Torres, ni voy a suplicar porque los resultados no se den para que puedan despedirlo de su cargo, pero sí hay que tener claridad en un aspecto muy importante que este gran técnico debe tener muy claro, y es que no se puede seguir defendiendo lo indefendible: Wason Rentería no debe jugar en Millonarios. Por culpa de este último, jugadores como Yuber Asprilla no han tenido como figurar en el equipo azul sabiendo las grandes condiciones que tiene; Luis Delgado nos dio el título con el penalti atajado a Andrés Correa, pero hace mucho su nivel no es bueno, y un equipo que busca ser campeón necesita un arquero salvador, un portento en el área chica que sea de máxima seguridad, es decir, Robinson Zapata;  Todos sabemos el cariño que existe por Rafael Robayo, un gran jugador, que en este momento tiene un nivel para nada superlativo, no hay toque, no hay ataque ni defensa, es hora de que otro volante que viene bien de otro club, lo haga en Millonarios: Mario González; pero sobre todas las cosas que se han dicho acá, lo más importante es que Dayro Moreno debe ser TITULAR por encima de cualquier delantero, ya que es el único jugador que ha llevado el equipo en sus hombros cuando nadie más quiso hacerlo. Y en cuanto a lo de Wason, con lo que ha hecho hasta ahora, por mucho, le debe alcanzar para ser convocado y ser suplente por detrás de Dayro, Yuber y Erick Moreno.

Buen viento y buena mar, y esperemos a que este precioso escudo azul y blanco vuelva a estar en lo más alto de la Liga Postobón, ya que a pesar de lo que digan, es el lugar que merece un equipo como Millonarios F.C.

Por Carlos Andrade
En Twitter 
@carlosandrad10


No hay comentarios:

Publicar un comentario